viernes, 27 de junio de 2008

El exorcista



El exorcista, de William Friedkin.
La película espanta chamacos por excelencia. ¿Por qué? Todo aquel que la hubiera visto cuando su edad tenía sólo un dígito se fastidió la existencia.
Mi caso no es diferente. Hace muchos, muchos, pero muchos años mi papá compró una videocasetera beta; debo presumir que fui uno de los primeros en el barrio con un aparato de estos. El caso es que cometí un error grave porque me puse a ver la película en compañía de mi hermano y no maaaaaa... Resultado: el desarrollo de una ezquizofrenia infantil que me hacía alucinar cosas y que hasta la fecha no he podido superar. (Exagero). Me pegó el sustazo de mi vida porque a pesar de que yo no entendí mucho, la peli tiene una sintaxis buenísima y las imágenes hablan por sí mismas. Además el tema plantea una de los principales temores del hombre: perder el dominio sobre su propio cuerpo.

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